Azúcar: Adicción
El consumo de azúcar descontrolado te convierte en un enfermo crónico. La sacarosa refinada tiene un poder adictivo similar a la heroína y una fórmula química parecida a la cocaína. Una vez se produce el consumo, las sinapsis se saturan de neurotransmisores y la persona comienza a sentir el efecto de euforia, produciendo una señal para dejar de producir estos neurotransmisores y la necesidad de carbohidratos sea constante. Por lo que el cerebro, para compensar la gran cantidad de neurotransmisores, disminuye sus efectos o establece esos niveles como normales. Al ingerir azúcar, nos encontramos animados, pero a esta sensación, le sigue una depresión, que si seguimos ingiriendo azúcar, se produce una nueva crisis que empieza al terminar el efecto de la última dosis tomada, y así cíclicamente. El síndrome de abstinencia se experimenta hasta después de varias semanas de haber cesado totalmente el consumo de azúcar, y entre sus síntomas se incluyen la depresión, fatiga, nerviosismo, ansiedad por comer alimentos ricos en azúcar, falta de concentración, alergias e hipertensión o incluso hipoglucemias. El azúcar es una droga y por lo tanto desencadena tolerancia y adicción.
Para tratar la adicción al azúcar, el primer paso es entender y reconocer que el cuerpo es adicto al azúcar y/o hidratos de carbono refinados. Se realiza un tratamiento de las causas o factores que contribuyen a la adicción como la fatiga, hipoglucemias, candidiasis intestinal o deficiencias de neurotransmisores, entre otras. Ha de suspenderse totalmente el consumo de azúcar de manera gradual y siguiendo unas pautas en la alimentación para evitar una recaída en el futuro.
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